15 may 2015

El Combate de las Lágrimas

Claudio Monteverdi
Nos encontramos en Venecia. Corre el año de 1624 y la ciudad italiana se encuentra inmersa en plena celebración de los carnavales. En el Palazzo Mocenigo, casa del ilustrísimo y excelentísimo Girolamo Mozzenigo, caballero principalísimo y alto dignatario de la Serenísima República y  para servir al entretenimiento nocturno de la nobleza veneciana, en una de sus nobles habitaciones, va a dar comienzo la representación de una obra maestra, única en su género y que huye de toda catalogación posible. Su compositor, Claudio Monteverdi, se ha inspirado en un episodio registrado por Torcuato Tasso en su poema épico Jerusalén liberada, y refleja el encuentro del cruzado Tancredo y su amada, la sarracena Clorinda, en el campo de batalla, donde el primero mata a la mu­cha­cha que ha ido al combate disfrazada de hombre. Todo ello contado por un testo o narrador. 


Il Combattimento di Tancredi e Clorinda
Concerto Italiano.
Rinaldo Alessandrini, director.

El Combattimento di Tancredi e Clorinda, publicado en los Madrigali guerrieri et amorosi, es una obra a caballo entre el madrigal y la ópera. En el prefacio, Monteverdi nos cuenta: “El Combate de Tancredi y Clorinda, descrito por el divino Tasso; puesto que está pensada para ser representada con acción dramática, las entradas deberán ser hechas súbitamente (después de la interpretación de varios madrigales no dramáticos) desde la parte de la habitación desde donde la música se interpreta. Clorinda, de pie en su armadura, será seguida por Tancredi, también en armadura y sobre un caballo 'Mariano', y el narrador (il Testo) entonces empezará a cantar. Los pasos y los gestos deberán ser interpretados en la forma expresada en el texto, ni más ni menos, los actores observarán atentamente los tiempos (tempi), los movimientos y los "golpes" (colpi) de los instrumentistas de sitio en sitio, y éstos observarán cuidadosamente tocar (suoni) los pasajes lánguidos y agitados (incitati), y el narrador pronunciará las palabras en el tiempo justo, para que todos los esfuerzos reunidos constituyan una representación unificada. Clorinda hablará a su turno, mientras el narrador está en silencio, y lo mismo Tancredi. […] La voz del Narrador deberá ser clara, firme, y su dicción perfecta, y a una cierta distancia de los instrumentos, para que el texto pueda ser entendido bien; el narrador no deberá permitirse ornamentaciones, gorjeos ni trinos, sino en el comienzo de la estrofa que empieza con "Notte"; el resto deberá ejecutarlo en conformidad a las pasiones contenidas en las palabras.”.
Entre las novedades de esta magna obra, se halla el logro del llamado stilo concitato, en el que mediante la utilización de trémolos, cuerdas en pizzicato y la sucesión de notas rápidas y cortantes el autor recrea escenas de combate y los estados de ánimo de los protagonistas.
El propio Monteverdi nos narra: "...[la concurrencia] se conmovió profundamente, y se llenó tanto de compasión que llegó a las mismas lágrimas, y al fin no hubo rastro de aplauso para felicitar estos cantos de una rareza y una clase nunca antes vistos ni oídos".

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