5 dic 2015

La Luz sin Fin

Wolfgan Amadeus Mozart
Octubre de 1791, Constanze lleva unas semanas bastante preocupada. Su esposo no se encuentra bien; con la tez demudada, una blanca palidez se dibuja en su rostro, preso de una acusada debilidad y con una delgadez cada vez más acentuada, su aspecto no le presagia nada bueno. Además, en una de sus conversaciones, le ha asegurado que la música que está escribiendo va a ser para su propio funeral, ya que, le ha llegado a confesar, está convencido de que le están envenenando...
La obra que obsesiona de tal manera a Wolfgan Amadeus Mozart, es una Misa de Réquiem que le ha encargado un personaje misteriosamente vestido de negro y cubierto con una máscara para que no se le reconozca... 
Constanze, viendo que su marido se encuentra en una postración cada vez mayor, decide y consigue alejarlo de la composición del Réquiem y, durante algún tiempo, la salud de Mozart parece mejorar. Compone, mientras tanto, una cantata para los masones, la Kleine Freimaurer-Kantate, que él mismo dirige en su estreno. Pero la idea del Réquiem no se le va de la cabeza. Obsesionado como está con la muerte, sobre todo a partir del fallecimiento de su padre, retoma finalmente su composición...


Requiem en Re menor, K. 626
Teresa Stich-Randall, soprano. Ira Malaniuk, contralto.
Waldemar Kmentt, tenor. Kurt Böhme, bajo.
Wiener Staatsopernchor. Wiener Symphoniker.
Karl Böhm, director.

A finales de 1791, Mozart, se ve obligado a guardar cama. Tiene las manos y los pies muy inflamados, impidiéndole cualquier tipo de movilidad. La situación, ya de por sí alarmante, empeora con un ataque de vómitos, fiebre y diarrea. Tal es su incapacidad, que hay que ayudarle cada vez que quiere sentarse. Está tan tumefacto, que su cuñada Sophie Haibel le ha hecho un camisón para dormir que puede ponerse por delante, para ahorrarle así sufrimientos a la hora de moverse. Cari Thomas Mozart, el hijo mayor que tenía por aquel entonces siete años, nos deja un relato estremecedor: "pocos días antes de que mi padre muriese, todo su cuerpo se hinchó tanto que era incapaz de hacer el más pequeño movimiento; además, había un hedor propio de descomposición interna que después del fallecimiento fue tal, que hizo imposible la autopsia". 
A pesar de su manifiesta debilidad, el día de su muerte, aún le quedan fuerzas para cantar la parte de contralto en un ensayo de las secciones finalizadas del Réquiem, para luego dar instrucciones a su alumno Süssmayr sobre cómo debía terminar la obra.
Mozart, estuvo consciente hasta dos horas antes de morir. Por la noche le subió la fiebre y el doctor Ciosset le practicó una sangría, pidiéndole a Sophie Haibel que le aplicara una toalla fría en su frente. Eso le provocó un ligero temblor. Mozart perdió el conocimiento y murió dos horas después, a las 00:55 horas del 05 de diciembre de 1791.
Más tarde se sabría que el encargo del Réquiem, fue hecho por Franz Anton Leitgeb, secretario del conde Franz von Walsegg zu Stuppach, cuya esposa había muerto el 14 de Enero de 1791 y que, en su pretensión de hacerse pasar por compositor, copiaba las partituras de famosos músicos de su propio puño y letra para entregarlas después a la orquesta de su castillo y ser interpretadas. El Réquiem, serviría para rendir homenaje a su joven esposa fallecida.


Karl Böhm
Karl Böhm (Graz, 28 de agosto de 1894 - Salzburgo, 14 de agosto de 1981)

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