28 ene 2018

Belleza Absoluta

Reynaldo Hahn
“Nunca después de Schumann la música tuvo trazas de una verdad tan humana, de una belleza tan absoluta, para pintar el dolor, la ternura, la serenidad ante la naturaleza".
Quien así se expresa es Marcel Proust, al referirse a Reynaldo Hahn con el que inició una relación sentimental que duró unos años y que se convertiría, más tarde, en una profunda amistad que les uniría para siempre marcando, de manera indeleble, la obra del escritor.

"L'Enamourée"
Victoria de los Angeles, soprano.
Sinfonia of London. Rafael Frübeck de Burgos, director.
(Letra dentro del canal de YouTube)

Reynaldo Hahn Echenagusia era hijo de padre judío alemán y madre con ascendencia vasca. Nacido en Venezuela, concretamente en Caracas un 09 de agosto de 1874, fue el menor de doce hermanos. En 1878, se trasladó con su familia a París y es allí donde inicia sus estudios musicales en el Conservatorio de Música, teniendo el privilegio de ser alumno de Charles Gounod, Jules Massenet y Camille Saint-Säens, teniendo como compañero de aula a Maurice Ravel y convirtiéndose en un destacado alumno. Compuso su primera canción a los 14 años, “Si me vers allaient des ailes”, inspirada en un poema de Victor Hugo.

"Si mes vers avaient des ailes"
Ruth Ann Swenson, soprano.
Warren Jones, piano.
(Letra dentro del canal de YouTube)

Hombre elegante y de exquisita educación, supervisada estrechamente por su madre, destacó desde muy joven como pianista, cantante y compositor siendo un invitado habitual en los círculos culturales parisinos.
Colaborador como crítico musical: Femina, Le Figaro, La Flèche, Le Gaulois y La Presse, fue un combatiente activo durante la I Guerra Mundial, por lo que fue condecorado con la Legión de Honor, algunas de sus obras las compuso durante la contienda, como las 5 petites chansons (Five Little songs) inspiradas en relatos cortos de Robert Louis Stevenson, y la ópera Nausicaa.

"L'heure exquise"
Anne Sofie von Otter, mezzosoprano.
Bengt Forsberg, piano.
(Letra dentro del canal de YouTube)

Compositor versátil y prolífico, Hahn llegó a cantar como barítono, se dice que con una voz más que notable y compuso óperas (l’Île du rêve, Le marchand du Venise, etc.), operetas (Ciboulette, Mozart o Brummel), ballets (Le bois sacré, sobre una obra de Rostand, y Le dieu bleu, a petición de Diaghilev para su compañía de ballet sobre un texto de Cocteau y Madrazo), conciertos de cámara, oratorios… Incluso dos bandas sonoras (Ciboulette en 1933, Sapho y La Dame aux camelies en 1934).

"A Chloris"
Phillipe Jaroussky, contratenor.
(Letra dentro del canal de YouTube)

Fue también director de orquesta, especializado en Mozart, consiguiendo su mayor éxito dirigiendo a la Orquesta de la Ópera de Viena en el “Don Giovanni” del Festival de Salzburgo de 1906.
Muere el 28 de enero de 1947 en París, dejando un legado de obras considerable en el que se ven reflejadas sus enormes ganas de vivir, su gusto por la investigación musical y la curiosidad intelectual que fue una constante a lo largo de su vida.


"7 Berceuses para Piano a cuatro manos"
Huseyin Sermet y Kun Woo Paik, piano.

Finalizo esta reseña con una descripción que de él hace Jean Cocteau en su libro “Retratos para un recuerdo”: “Después de la cena, Reynaldo Hahn se sentó al piano y cantó L’île hereuse de Chabrier. Al igual que en casa de Madeleine Lemaire o en su habitación del muy misterioso Hotel des Réservoirs, en Versalles, Reynaldo cantaba con el cigarrillo a un lado de la boca, y su exquisita voz del otro, la mirada en el cielo, todo el pequeño jardín a la francesa de sus mejillas azuladas girando hacia la sombra y el resto de su persona, en rueda libre, detrás del piano, en una inclinación suave y nocturna…”

"L'heure exquise"
Gérard Souzay, barítono.
Dalton Baldwin, piano.
(Letra dentro del canal de YouTube)

27 ene 2018

Iluminando a la Sonata

París. Marzo de 1778. Mozart tiene ya 22 años. Ha dejado atrás su etapa de niño prodigio y se ha convertido en un portentoso compositor. Busca ser reconocido como tal y así, poder vivir dignamente de su trabajo. Un año antes, en septiembre de 1777, había partido en un viaje, esta vez con su madre, buscando un puesto de trabajo. Es rechazado en Munich, por parte del Príncipe Elector de Baviera; y el Elector de Mannheim, aunque le reconoce su valía, lo rechaza también al no disponer de plazas vacantes. 
Ya en París, en los "Concert Spirituels", se tocan dos de sus sinfonías, entre ellas la llamada Sinfonía París, K. 297, pero tampoco encuentra allí un posible acomodo. Durante esta etapa de su vida, muere su madre y, poco después, surgen sus primeras sonatas violinísticas de madurez, en concreto las K. 301 al 306, escritas en Mannheim y París y fechadas en 1778. Conocidas, debido a la dedicatoria hecha a la Electora Palatina, como Palatinas, en el estilo de estas sonatas sigue planeando la sombra del influyente Johann Christian Bach y, ahora también, la de Joseph Schuster, músico de Mannheim autor de unos Duetti. En carta a su padre, fechada el 14 de febrero de 1778, Mozart habla de que compone "Clavierduetti mit Violin". La sonata ”moderna” para dos instrumentos ya se puede atisbar aquí, aunque la forma, aún en dos movimientos, seguirá rindiendo tributo a la tradición.
El siguiente grupo de Sonatas se encuentran más dispersas en el tiempo. La K. 296 fue escrita en Mannheim, inmediatamente después de la K. 305 y unos meses antes que las catalogadas como K. 304 y 306. La Sonata K. 378 fue escrita en Salzburgo en los comienzos de 1779 y las otras cuatro de este grupo de seis, editadas por Artaria, corresponden a un mismo período vienés, el comprendido entre abril y julio de 1781, inmediatamente posterior al estreno en Munich de su ópera "Idomeneo". Estas Sonatas "Artaria" se estructuran ya en tres movimientos, pero la forma, si bien revela fantasía, variedad y sentido unitario, todavía no aparece fijada con la solidez de criterios que el mismo Mozart mostraba en el género sinfónico. El aspecto instrumental se afianza: el violín es aprovechado sabiamente en sus recursos y resulta ser vehículo idóneo para ese lirismo pre-romántico tan característico de la expresión musical del compositor.

Las Sonatas para Violín.
Henryk Szeryng, violín.
Ingrid Haebler, piano.

En los días en que componía las Sonatas K. 376, 377,379 y 380, concretamente el 13 de junio de 1781, Mozart quedaba liberado definitivamente de su penosa dependencia del arzobispo Colloredo. Más tarde, siempre con algo de niño frágil, una vez liberado del amo y relajadas las ataduras paterno-filiales, busca matrinonio. Su amada Aloysia se había casado. Una hermana de ésta, Konstance, empezó a ser vista como dechado de virtudes y atractivos que seguramente no respondían por completo a la realidad. Se casaron el 4 de agosto de 1782, tres semanas después del estreno de "El rapto del serrallo" que había traído aplausos e ilusión.
En 1784, “para dar satisfacción a los amateurs” escribe Mozart la Sonata K. 454. Al mismo tiempo, nace su segundo hijo e ingresa en la logia masónica “ZurWohltätigkeit”. En el entorno de su Sonata de violín, la K. 481, se estrena el 1 de mayo de 1786 "Las bodas de Fígaro". En enero del año siguiente, Mozart es invitado a Praga. Compone, para esta ocasión, la Sinfonía 38 y se concreta el encargo de otra ópera, "Don Giovanni" que llevará el número en el catálogo K. 527. Poco antes de escribir su penúltima Sonata para violín, la K. 526, muere su padre Leopoldo. La última de sus Sonatas, la K. 547, se sitúa entre sus últimas grandes sinfonías.
Mozart, el divino genio, supo trazar con claridad meridiana la línea estructural de la sonata, cuyo desarrollo era incipiente cuando comenzó a componer en 1778.

12 ene 2018

Lamento y Consolación

Jan Kleczyński
“Los nocturnos en los cuales ha puesto Chopin lo más claro de su genio, subsisten hasta el día de hoy como modelos de elegancia y de tristeza novelesca sin afectación. Son, por añadidura, páginas elocuentes de su vida; son verdaderos poemas de la noche, ora tranquilos cual la plateada luz de la luna, ora obscurecidos por las nubes que cubren el horizonte y el corazón del poeta, ora interrumpidos por algún drama sangriento, por el eco de alguna terrible balada”
Sirvan estas palabras de Jan Kleczyński, como introducción a los Nocturnos que hoy os traigo.
Compuestos entre 1836 y 1837, los dos nocturnos Op. 32 fueron publicados en Leipzig en 1837. La edición de Londres los tituló “II lamento e la consolazione” y están dedicados a su alumna, la baronesa Billing.

Nocturnos Op. 32
Vladímir Áshkenazi, piano.

El primero de ellos, escrito en la tonalidad de Si mayor, posee unos refinamientos armónicos exquisitos. Una melodía de ensueño, tierna y florida que acaba en un brusco recitado que nos devuelve a las miserias terrenales. No puede ser mayor el contraste.

Nocturnos Op. 32
Arthur Rubinstein, piano.

El segundo de los nocturnos, en La bemol mayor y en forma tripartita como una romanza, cuenta con una parte central más agitada y dramática.